El llamado ultraísmo
es un movimiento literario que surge en la España de 1918. Con influencias
futuristas y vanguardistas, es un movimiento profundamente poético y con una
marcada intención de rivalizar con el modernismo, muy presente en la
literatura española de aquel entonces. Se sabe también compartió afinidad con
Vicente Huidobro, padre del creacionismo.
Este movimiento literario nace como consecuencia de unas
tertulias en el Café Colonial de Madrid, con la figura de Rafael Cansinos
Assens como máximo representante. Además de este, algunos de los pertenecientes
a esta corriente fueron Gerardo Diego, Pedro Garfias, Juan Larrea, Ernesto López-Parra, Lucía Sánchez Saornil, Guillermo de Torre e Isaac del Vando Villar, entre otros.
La presencia de Borges en el movimiento fue esencial para su
difusión en Argentina, único país hispanoamericano donde se creó un grupo
ultraísta, con las revistas Prisma y Proa como sus órganos oficiales.
La poesía ultraísta no cumple con una métrica tradicional,
ya que rompe con la rima y el ritmo. Juega con la tipogragía, la cual pasa a
formar una parte esencial del poema. Cultivará especialmente el uso de la
metáfora, dejando a un lado las “expresiones inútiles” como los nexos o
adjetivos. Las metáforas serán completamente ilógicas y “sueltas”. Por lo
tanto, el ultraísmo resulta más renovador en cuanto a la forma que en cuanto al
contenido.
Las revistas más representativas del movimiento son Grecia y Ultra, y nos centraremos más en esta última.
A lo largo de los años 20, un grupo de jóvenes crea una
revista que pretende ser innovadora en cuanto al contexto que les ha tocado
vivir, rompiendo así con la literatura anterior. Hubo dos revistas bajo este
título, una con sede en Oviedo (1919-20) y otra en Madrid (1921-1922). La
revista Ultra representaba el pensamiento
ultraísta del momento. Es profundamente poética, aunque en ocasiones incorporan
también alguna página humorística.
Su diseño es muy renovador: bajo un formato tríptico (un
pliego de papel doblado en tres partes), la revista está conformada por seis páginas.
En la portada solamente aparece el título y una ilustración; a continuación, tenemos cuatro páginas dedicadas a la literatura y, finalmente, una última página llena
de anuncios. La revista consigue así una gran belleza visual, diferente de todo
lo anterior.
En cuanto al título, hay que decir que se da una cuestión
tipográfica: no está representado gráficamente como la palabra “ultra”, sino
que aparece el concepto “vltra”, haciendo
referencia a su origen latino.
La revista Ultra
es, por tanto, una “unión entre revolución estética y canon político”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario